La velocidad actual y el desafío técnico

Actualmente, el AVE que conecta ambas capitales circula a un máximo de 300 km/h (con tramos muy específicos a 310 km/h), a pesar de que la línea se diseñó originalmente para velocidades superiores. El reto para alcanzar los 350 km/h no reside tanto en los trenes, que ya tienen la capacidad técnica, sino en la infraestructura de la vía, que data de 2008.

• Renovación necesaria: Para garantizar la seguridad a esta «súper» alta velocidad, es imprescindible un proceso de renovación de las vías.

• Tecnología ‘Aerotraviesa’: Una de las claves será la implementación de la tecnología española conocida como ‘Aerotraviesa’. Esta innovación reduciría la carga aerodinámica sobre la vía, permitiendo el incremento de velocidad sin necesidad de modificar el trazado original.

Más capacidad y nuevas paradas

El proyecto responde a una necesidad logística urgente: la línea ha pasado de mover 2,2 millones de usuarios en sus inicios a cerca de 15 millones en la actualidad. Aumentar la velocidad es una forma de incrementar la capacidad del servicio ferroviario y mejorar su competitividad.

Además de la velocidad, el plan incluye otras actuaciones importantes en la red:

• Nuevas estaciones: Se plantean dos nuevas paradas de alta velocidad en Parla (conectada a la red de Cercanías de Madrid) y en El Prat de Llobregat.

• Acceso a Madrid Chamartín: Se diseñará un nuevo acceso alternativo para los trenes que lleguen desde el Mediterráneo y Andalucía.

El salto a los 350 km/h es visto como una necesidad para consolidar la línea Madrid-Barcelona, que ya concentra el 85% de la cuota de pasajeros en esta conexión. Si bien esta alta velocidad no será una realidad inmediata, el estudio licitado con 2,3 millones de euros es el primer paso firme hacia un viaje más rápido que nunca entre las dos ciudades.